Vidas cruzadas propone la creación de un bloque residencial en San Just Desvern que prioriza la relación vecinal gracias a la orientación de cada vivienda. Frente a un modelo de desarrollo paralelo de las vidas de los usuarios, un giro de 45 grados pone en relación a cada vivienda, generando espacios de intercambio vecinal entre las mismas.
La organización de las viviendas parte de unas reglas muy estrictas de orden doblemente simétrico que permiten generar un sistema totalmente flexible de combinación y configuración de las viviendas.